De manera general, se puede considerar que hacer testamento es la única forma de poder dejar los bienes a quien queramos, por lo que solamente por esta cuestión, ya merece la pena redactar un testamento notarial.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que en Extremadura, así como en otras regiones cuyo Derecho Sucesorio está regulado por el Código Civil, esa libertad de testar y por tanto de elegir quien se va a hacer cargo de nuestro patrimonio una vez hayamos fallecidos, no es absoluta, ya que existe la legítima.
Es decir, por ley y salvo casos muy graves que no se dan habitualmente y que se conocen causas de desheredación, nuestros herederos legales siempre reciben al menos una parte de la herencia, pudiendo repartir el resto de la manera que estime oportuna el testador (la persona que redacta la última voluntad).
Sin embargo, sino hacemos testamento, legalmente está establecido acudir a un procedimiento que se realiza ante Notario y que se llama Declaración de Herederos, por el que una vez finalizados los trámites, se va a determinar que nuestros herederos legales van a heredar por partes iguales.
Hay que pensar que muchas veces, eso no es deseable, ya que se puede dar en caso de que un padre lleve muchos sin hablarse con uno de los hijos, mientras que con los otros mantiene muy buena relación, llegándose a la situación de que al no hacer testamento, ese hijo va a heredar lo mismo que los demás, por mucho que seguro que el difunto no era eso lo que quería.
¿Al hacer testamento también mejora la situación de la viuda o viudo?
Efectivamente esa es otra de las ventajas, ya que si se hace el testamento más habitual, que se llama del uno para el otro y luego para los hijos, en caso de morir uno de los miembros del matrimonio, el cónyuge que permanece vivo, al que los abogados nos referimos como cónyuge superstite, va a tener el usufructo de todos los bienes mientras permanezca vivo.
Curiosamente, esta cuestión la gente de la calle piensa que siempre existe, pero no es cierto, ya que solamente se da en el caso de que se haga ese tipo de testamento, lo cual es muy habitual.
¿En que consiste el usufructo?
Pues quiere decir que aunque la propiedad de los bienes del difunto pase a los herederos, mediante el usufructo, la persona que tiene ese derecho (usufructuario) y aunque no sea propietaria, va a seguir pudiendo disfrutar de esos bienes durante toda su vida. Es decir, se puede al definir al usufructo, como el derecho a usar esos bienes aunque no sean tuyos.
El caso típico de usufructo en Derecho de Sucesiones, es el del marido que fallece teniendo hijos y una casa en la que vive con su mujer y de la que cada uno tiene el 50%.
Pues bien, tras su fallecimiento y si ha hecho testamento, la propiedad de la mitad de esa casa que era del difunto marido pasaría a los hijos, sin embargo, pese a no ser propietaria su mujer seguiría ostentando el usufructo de esos bienes, por lo que no tendría que moverse de la casa en la que vivía, por mucho que una mitad ya no fuera suya.
Pues bien, si nos ponemos en la misma situación con una persona que no ha hecho testamento, la situación de la viuda empeora notablemente.
Así sin testamento redactado, la viuda solamente tendría derecho a obtener el usufructo de un tercio de la Herencia mientras estuviera viva. No obstante, en muchos casos, los hijos suelen respetar a sus padres, permitiendo que la madre siguiera viviendo en la casa, pese a no ser suya al 100%.
Pero claro, si pensamos en casos en los que madre e hijos no se llevan bien, que también son relativamente frecuentes, nos encontraremos ante una situación que puede llegar a ser muy violenta, como es tener que compartir la casa donde la viuda lleva años residiendo, con familiares con los que tiene la relación rota, siendo los proindivisos como este, una fuente continua de problemas.
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